Cuatro estudiantes de Madrid y Lima colaboran para mejorar la vida de escolares y familias sin recursos
La Demarcación de Madrid del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos ha impulsado el proyecto de cooperación internacional “Proyectos de Ingeniería para el Desarrollo Humano”, que tiene dos intervenciones clave en Perú: dotar de abastecimiento, saneamiento y accesibilidad a la escuela del poblado de Paracas, y mejorar las condiciones de vida en el asentamiento humano de Santa María, en San Juan de Lurigancho, el distrito más pobre de Lima.
Jóvenes ingenieros al servicio de la comunidad
El proyecto está liderado por dos estudiantes del Máster en Ingeniería de Caminos de la Universidad Politécnica de Madrid y dos estudiantes de Grado de la Universidad Autónoma de Lima, que trabajarán conjuntamente durante un año. En una primera fase, viajarán para recopilar datos, reunirse con la comunidad y analizar las principales necesidades sobre el terreno.
Además de la dimensión técnica, la iniciativa persigue que los estudiantes adquieran una visión crítica sobre las desigualdades sociales, fomenten el análisis intercultural y entiendan cómo las decisiones locales tienen un impacto directo en las condiciones de vida de otras comunidades.
Cooperación como herramienta de cambio
El programa incluye también actividades de sensibilización en Madrid, donde los estudiantes de la UPM mantendrán encuentros con personas peruanas que viven en la ciudad para conocer sus historias de migración y adaptación. Posteriormente, los participantes compartirán la experiencia en sus universidades y en centros de ESO y Bachillerato, convirtiéndose en agentes de concienciación social.
Apoyo institucional y colaboración local
La financiación del proyecto corre a cargo de la Fundación ACS y el Ayuntamiento de Madrid, que han apostado por impulsar experiencias piloto que unan universidad, colegios profesionales, administraciones públicas y entidades privadas. La colaboración sobre el terreno se realiza con Acciona.org Perú, que facilita la coordinación local, el contacto con las autoridades municipales y el acompañamiento a las comunidades beneficiarias.
El proyecto, con una duración aproximada de un año, combina preparación previa, trabajo de campo y posterior divulgación de los resultados, reforzando así el compromiso de la ingeniería con el desarrollo humano y la mejora de la calidad de vida de las personas más vulnerables.